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Dodo
Dodo es un divertido juego cooperativo en el que pueden participar de 2 a 4 jugadores, a partir de 6 años, en partidas que no superan los 10 minutos. Está diseñado por Marco Teubner, autor de juegos infantiles que han recibido numerosos premios, como Stone Age Junior o Carcassonne Junior. Usando su memoria y sin perder ni un segundo, los jugadores deben construir puentes y un embarcadero para rescatar el huevo del Dodo, que poco a poco va cayendo por las laderas de la montaña.
Un año más, el colorido pájaro dodo ha preparado su nido en la cima más alta de la isla. Sin embargo, esta ave se despista con facilidad y en cualquier momento puede empujar sin querer el huevo. Por suerte, la tribu de los Hagulaminapitopasi, para los que el dodo es un animal sagrado, ya está preparada y hará todo lo posible para evitar que el huevo caiga por uno de los acantilados de la montaña.
Dodo tiene una puesta en escena espectacular. Antes de empezar la partida, deberéis montar las tres partes de la montaña y distribuir las 58 fichas de construcción, boca abajo, a su alrededor. Colocaréis el gran huevo en la parte superior de la montaña y al dodo haciendo tope. Cuando estéis listos, apartad al dodo y el huevo, poco a poco, se irá moviendo por las laderas de la montaña. ¡Deprisa, a construir puentes!
El jugador más joven empieza tirando el dado, que en cada una de las caras muestra un material de construcción distinto. A continuación, el mismo jugador toma una de las fichas y le da la vuelta; si el símbolo coincide, lo usa para construir una de las partes del puente. En caso contrario, pasa el dado al siguiente jugador en el orden de las agujas del reloj y vuelve a dejar la ficha boca abajo. ¡Tener buena memoria será vital si queréis salvar el huevo de dodo! Una vez rellenados todos los espacios que pide el puente, enganchadlo a la ladera de la montaña.
A lo largo de los turnos los jugadores usarán tablones de madera, clavos, cañas de bambú, martillos, hojas, cuerda o la ayuda de aldeanos de la tribu, que sirven como comodines, para completar los puentes y el embarcadero. Las partidas a Dodo son frenéticas, ¡El huevo nunca se está quieto y no os dejará demasiado tiempo para pensar!
Dodo permite ajustar el nivel de dificultad usando dos mecanismos: Por un lado, podéis retirar fichas de comodín para que os sea un poco más difícil construir los puentes. Por el otro, podéis usar o no los huecos con un símbolo de calavera. ¡De vosotros depende que el reto sea más o menos difícil!
Los más pequeños de casa se lo pasarán en grande jugando a Dodo. Se trata de una propuesta muy inmersiva, con componentes muy llamativos: El huevo, que desciende lento pero sin pausa por las laderas de la montaña, ¡parece que se desplace por arte de magia! Todo ello mientras ejercitáis la memoria y colaboráis con el resto de los jugadores para conseguir un objetivo común. ¿Lograréis salvar la pequeña cría de dodo?